Honestos y bandidos

Hoy en día la corrupción derivada de la excesiva ambición por el dinero y los bienes materiales ha hecho de este mundo algo bien complicado para estar. Y es que estos estados de corruptela conducen a los países a ser gobernados por gobiernos que predican “El cambio“ más solamente para engañar bobos ya que al final hacen incluso más daño y se roban hasta un mojado. La honestidad se convierte en un magnífico “instrumento” para soltar las cadenas que nos aprisionan. Y cuáles son esas ataduras? Precisamente la de la descomposición e injusticia social en la que quien reina es un “dios” de papel pegado con saliva. Vamos de nalgas para el estanco sin importar si la ideología que mande es de extrema derecha o de izquierda. Lamentablemente en este milenio cada vez se está dejando a un lado el tema de Dios para dar paso a un mundo repugnante y muy dañino como es el de la ambición sin límites.

Si no se retorna pronto a los valores que incluyen, entre otros más, fundamentalmente la fe, la honestidad, la integridad y la disciplina, lo que estará por llegar será algo inimaginable. Tornemos entonces nuestra mirada ante el Altísimo y digamos con humildad “Ayúdanos, Señor “.