Se hablaba en mi niñez acerca de un estadista que era tan
vanidoso que, cuando oraba, decía " Sagrado corazón de Jesús confía en mi
". Esto en verdad se llama popularmente el tener " mucha uña para
desatar el moño " y denota, no tanto la seguridad que tenía en sí mismo,
sino más bien el orgullo y soberbia que rodeaban su vida.
El elegir la humildad nos permite nuevos regalos y energía
en nuestras mentes y cuerpos, ya que la paz que esto conlleva facilita el
desarrollo de una vida apegada a la realidad y concentrada en ver las cosas
como son y no como uno se las imagina, en casos de manera fantasiosa y
presumida.
El ser fantoches trae el rechazo de los demás, los cuales por
simple hipocresía, deciden adular al vanidoso, en vez de hacerse a un lado
viendo a este sobrecogido por su orgullo. En esos momentos resulta bueno
recordar la bella historia del Maestro de Galilea quien llegó a Jerusalén, no
en el carruaje y la corona que se acostumbraba, sino en gran contraste de
sencillez montado humildemente en un sencillo burrito.