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Friday, July 13, 2018

La humildad no es una estación


La humildad no es una estación ni una parada a la que llegamos si no mas bien una forma de viajar. Hay personas que a ratos son tan poco humildes que su soberbia les hace creer que son muy, pero muy grandes, y por ello miran a los demás con el parpado levantado. “Ala “Chatico “, cuéntame una cosa, tu familia es de los Miró del Chico alto?, No, para nada, somos de los Beteta de Bucaramanga, le decía un señor a una dama con la que bailaba, muy de la “High Society“,  y quien durante el festejo lucía un escote bastante pronunciado.



“Piensa que en el fondo de la fosa llevaremos la misma vestidura “, frase que me recuerda lo que dicen los sacerdotes cuando imponen la cruz, los Miércoles de Ceniza: Acuérdate que polvo eres y en polvo te has de convertir. Ante tales afirmaciones no queda mas camino que el de aceptar con verdadera humildad que todos estamos cubiertos bajo el mismo manto de nuestro Creador, para quien la vanidad y el orgullo extendidos, no parecen ser de su gusto.


 




“Arrieros somos y en el camino nos encontramos “. Esto me lleva a pensar en que cuanto mas alto subamos es cuando más,  con los pies en el suelo, debemos estar, precisamente para evitar que, cuando nos bajemos de ciertas nubes de arrogancia que las altas posiciones nos han creado, el descenso no vaya a ser muy pronunciado ya que, si hemos sido altivos y soberbios, lo más probable es que al final del camino no hallaremos demasiados amigos en nuestra ruta.

Tuesday, July 10, 2018

Fantasías y realidades


Todos quisiéramos vivir en la realidad, pero a ratos para algunos esto no les es tarea fácil. ¿Y por qué?, pregunta Pelópidas? Respuesta sencilla, la cual es preciso basarla en el común hecho de que a ciertos personajes, que les fascina vivir haciendo globitos en el aire, en vez de sentar cabeza en el aquí y ahora, esto es en la realidad, que es lo que la lógica y el sentido común dictaminan, proceden a hacer todo lo contrario, esto es vivir en el mundo de la fantasía.

Recuerdo el caso de alguien que estaba ubicado en un mundo irreal y como tal gastaba y derrochaba dinero sin límites, pues se creía millonario, sin serlo. La pirámide se la empezó a derrumbar cuando aparecieron los bancos a cobrarle lo que debía en tarjetas de crédito las cuales estaban vencidas, algunas con cesación de pagos por más de tres meses, y ahí fue que llego el llanto y crujir de dientes. 
El hombre sin embargo pareciera ser que no viera con claridad lo que le estaba pasando a pesar de que las llamadas de cobro no paraban e incluso que tendría que afrontar una demanda penal que podría ponerlo bajo las rejas por un tiempo. Estando en esas le preguntaron algunos acerca de cómo pensaba salir de tremendo embrollo. El caballero muy fresco contestó: es que estoy próximo a ganarme la lotería!!!!!!!!!!!!!!!!

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