El castigo para el mentiroso es el no ser creído, aun cuando diga la verdad, puesto que este pierde algo demasiado importante cual es la credibilidad, y a quien esto le acontece el poder recuperar el tiempo y las relaciones y oportunidades perdidas será una tarea larga y difícil.
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El pastorcito mentiroso, aquel que anunciaba la presencia del lobo sin que este llegara, en su intento final y debido a su mentira no logro ser creído y por tanto el voraz animal devoró a sus víctimas.
Por lo anterior y para no caer en el círculo demoledor de soledad que la mentira conlleva, solo queda un solo camino a seguir y este siempre será el de la verdad y el correcto proceder en los diversos aspectos y circunstancias de nuestra vida.