Vanidad…ese es el pecado preferido del maligno cuando, al final de la película “El abogado del diablo “Al Pacino, su protagonista, tienta una vez más a su víctima, quien había logrado salir de sus cadenas más el que luego, con la tentación del prestigio vuelve a ponerse en manos de aquel que lo había llevado hasta la peor de las situaciones.
Si. Estoy de acuerdo en que tanto la Soberbia, el Orgullo y
la Vanidad, han sido grandes fallas en el hombre, mas ahora quisiera agregar
una cual es la Codicia, falla que azota inclementemente a la humanidad por
siempre, pero la que hoy, debido a las comunicaciones, entre ellas las del
rápido internet, se muestra con claridad como un mal que afecta sin piedad a
muchas naciones.
A la gente le ha parecido hasta ahora muy seguro el “esconder
“ sus dineros en los paraísos fiscales, que parece ser que no lo son tanto, ya
que hoy en día, a través de escándalos como los de Odebrecht y el de “ Los
Papeles del Paraíso “, vincula sin sonroja ninguna a grandes figuras mundiales
incluyendo gobernantes, empresarios, banqueros, artistas y hasta “
chanchulleros “ comunes y silvestres.
Esto anda bien jorobado y lo más grave es que casi todo el
mundo se puede decir está llevando del bulto, con un componente muy grave, que
atenta contra la democracia misma, y esto es que la corruptela ha alcanzado
hasta el mismo pueblo el cual tiene personajes que se dejan sobornar al
momento de votar por míseros “milquis “( Mil quinientos devaluados pesos ) ,
perdiendo así, por un platico de
lentejas, su capacidad para deliberar y escoger a los mejores gobernantes que
tanto necesitan sus regiones.
Ojalá que esos “Paraísos Fiscales “que hoy ya no lo son
tanto pues sus informaciones secretas empiezan a salir a la luz, dejen su malévola
función y que la información que se obtenga de lo que allí se haya invertido
para evadir investigaciones e impuestos, sirva para transformar a este mundo en
algo más honesto, con los principios morales y de ética en un verdadero proceso
de recuperación y de cambios, para bien.