Hablaba hace poco con un pintor amigo, brillante con sus
lienzos, y de especial creatividad a quien le pregunte: Oye, hace días que no
se de ninguna de tus obras y quisiera saber si continúas pintando? Su respuesta
fue certera: hace meses que no me llega la “musa “, que cosa dije yo, parece
ser que hasta los doctores también se enferman.
¿Y la musa que es?, sencillamente la inspiración para
pintar, para crear, para dar libertad a la imaginación, para que genere ideas y
de allí surjan grandes realizaciones. ¿Y esa musa es para todo el mundo? Claro
que sí. Esta le llega no solo a los pintores, sino también a los poetas y
escritores, a los músicos, y hasta a los que hacen empresa.
¿Y a los empresarios también? Claro que sí. Recuerdo la historia de alguien quien trabajaba en una empresa y no ganaba lo que él creía justo. Sin embargo, tenía un compañero que con frecuencia se ponía a mirar por una ventana y permanecer pensando y más pensando. Un día entonces el primero le reclamó a su jefe por la desigualdad y este, con desparpajo, le contestó: mire hombre, el día en que a Ud. le lleguen a su cabeza ideas similares o mejores a las que este señor genera y que le traen tantos recursos a nuestra empresa, con gusto le pagare lo mismo y hasta quizás más.