El termino inteligencia Emocional es
relativamente nuevo y ha surgido como una alternativa muy importante frente a
la Inteligencia Intelectual (CI). ¿Y esto que es?, preguntaría alguien antes de
entender un poco este concepto, el cual no solo es bien sencillo, sino que
también bastante fácil de digerir, aunque un poco quizás más complicado de
aplicar.
El “bombillo “de la clase era aquel estudiante
que sobresalía en todas las asignaturas, y mucho más en las difíciles, el cual
era admirado por sus profesores y quizás envidiado por sus compañeros. “Bombillos
intelectuales “los hay por todas partes y no solamente salen muy bien
preparados de su Universidad, sino que después sobresalen como excelentes
alumnos en los cursos de maestría y hasta de doctorado.
Y el tener gente brillante sin duda alguna ayuda
mucho a la creatividad en las empresas, pero a veces le sale algo incompleto y
esto es la manera de como relacionarse con los demás. De ahí que surja la
Inteligencia Emocional que nos enseña, primero a identificar nuestros
sentimientos y procederes errados, con el propósito de propender por nuestro
cambio y el de nuestro entorno.
Habría muchas paginas para llenar acerca de la
Inteligencia Emocional pues sus aplicaciones, que son múltiples, ayudan a crear
una mejor atmósfera en los trabajos, y a motivar a los empleados hacia el
alcance de las metas trazadas en sus objetivos. Dentro de el esquema surge la
empatía, la que implica, no solo entender mejor a los demás, sino también aprender
a identificarse con los sentimientos de los demás, todo ello conducente hacia
el logro optimo en el cumplimiento de los objetivos.