¿Errores, quien no comete errores? Nadie, por supuesto se salva de esta dolencia.
Sin embargo, una cosa es incurrir en ellos y otra aceptarlos y mucho menos
admitirlos. ¿Pero y eso como resulta? Es que hay alguna diferencia entre
admitirlos y aceptarlos. Pues sí, y mucha, agregaría yo. Para citar un ejemplo
considero que se acepta en el momento en que se dice SI a una oferta laboral, con
lo cual se está dando un salto fundamental hacia tomar el empleo.
Sin embargo, ahí no termina todo ya que es
necesario agregar el componente de la admisión el cual se refiere a hacer el
trabajo con convicción y de corazón, justamente con el fin de lograr que se
logre mantener en él. En tal caso la aceptación consiste en dar el primer paso
y la admisión el hacer que las cosas funcionen a través de la acción y la
eficiencia. Alguien podrá ser muy brillante, pero si no hace su trabajo bien ya
puede imaginarse cual será su futuro en una empresa.
Y hablando entonces de los errores, mientras no
aceptemos que los hemos cometido , mediante un proceso de admisión y no le
pongamos la debida acción para hacer los correctivos, muy poco podrá lograrse
en los propósitos de mejoría de nuestras equivocaciones , dándole paso a la
creencia errada de que uno no puede cambiar , conociéndose que esto no es
así y por tanto si se podrá y con creces.