Traigo a mi memoria la antigua frase que dice “Tan terco
como una mula”, en lo cual se señala el proceder de ciertas personas
atravesadas cual más, las que solo se rigen por su parecer y que, aunque vean
que por donde andan no van bien, persisten en su error hasta el final.
Estos casos son delicados, aunque hay otros que lo son aún
más. Me refiero a los que las entendederas parece que se les han agotado ya que,
además de su propia negación de la realidad, tampoco se dejan ayudar de aquellos
quienes ven sus procederes con una visión más amplia y tratan de orientarlos
para evitar que continúen con sus equivocaciones.
La obstinación conlleva retorcidas
relaciones con la familia, los amigos, y la sociedad en general, con la que ellos
y muchos de nosotros sufrimos cual más. Debido a estas erróneas acciones hemos
sido especialmente tontos y tercos con aquellos de los cuales nos hemos
alejado, grupo en el cual lastimosamente también se incluye a nuestras familias.
“El que no escucha consejos no llega a
viejo”. Por tal motivo resulta más que bueno en los momentos en que estemos
confundidos y miremos con pesimismo y desconfianza el porvenir, que no oigamos,
sino más bien escuchemos, los que otros nos quieren de buena voluntad advertir,
de forma tal que nuestros comportamientos y rutas puedan ser susceptibles de
poderse cambiar para mejorar.
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Este es mi Video Coach " Huracán Andrew años después "
https://youtu.be/AGbHApT3RN4
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