Ir en mi camino o por el camino son dos
expresiones que tienen mucho para reflexionar. Cuando escojo ir en mi camino
estoy negando la alternativa de contemplar más opciones para ir de un punto a otro,
mientras que, cuando lo hago por el camino, dejo abierta la posibilidad a otras
perspectivas.
Mi camino puede ser bueno, pero a lo mejor no
es el óptimo y el avanzar por el camino contempla el salirnos de nuestro egocentrismo,
el que a veces por soberbia, arrogancia, y fundamentalmente por negación, nos
hace ir adonde al final no quisiéramos haber ido y mucho menos llegado.
Hace poco viendo el progreso de alguien,
destaque el avance de este quien hacía unos meses había sido despedido de su
trabajo y que en tal momento estaba sumamente perdido en lo que quería hacer en
su vida. Le destaque como después de unas varias sesiones de coaching el
finalmente se había convencido de que la solución ante la aparente derrota consistía
en buscar el cambio que enderezaba la ruta y muy importante ponerle acción al
propósito.
Este hombre se había reencontrado con el gran
emprendedor como era siempre y, no solo arreglo su vida laboral y de ingresos,
sino que también dio avances muy positivos hacia la paz de una buena relación
de pareja que en esos meses conoció. Mi cliente me dijo que me agradecía mucho
lo que yo le había ayudado y yo le dije que el trabajo había sido en conjunto y
que habíamos logrado hacer una re-ingeniería de su vida, dejándolo preparado
para avanzar cada vez más. El, entonces dejo de irse por su camino y enderezar
su rumbo por el camino que era.