Translate

Wednesday, March 11, 2015

Papi, papi, juguemos

Resulta ser que había una vez un niño que, como ninguno, amaba a su padre. En sus fantasías este era el súper héroe, aquel que todo lo resolvía y por ello que de tal cariño le surgió la necesidad de tenerlo cada vez más cerca. Su padre lo quería a su manera pero poco tiempo dedicaba a este, pues siempre estaba demasiado ocupado.

Papa, ven. Tengo esta tarea de matemáticas que no sé cómo resolver. Me podrías por favor ayudar? No, hijo, ahora no tengo tiempo pues estoy preparando esta carta para la oficina. Pero papa, son las siete de la noche y ya deberías haber dejado tus quehaceres de trabajo; pues no es así, hijito. Ando bien ocupado en verdad; pídele ayuda a tu mama o a tu hermano mayor.

En el fin de semana le comentaba a su padre: papi, por favor ayúdame a armar este rompecabezas. No, no puedo hijo pues ahora mismo estoy haciendo algo que me demanda toda mi atención. Pero, papa…No insistas hijo, pues definitivamente no puedo y así ad infinitum puesto que nunca estaba disponible para el muchacho.


El niño le pregunto un día a su padre. Papi, cuéntame una cosa. Cuanto ganas por hora en tu trabajo? Y la pregunta, le dijo el papa?. Solo por saber, le contestó su hijo. Pues mira, un promedio de veinte dólares. Gracias papi, y siguió jugando. En la semana siguiente el niño se dedicó a repartir periódicos en la madrugada sin contarle a nadie y sin que en su familia se percataran de ello. Esto lo realizó hasta el momento en que ajustó un total de veinte dólares. Cuando los tuvo consigo fue adonde su padre y le dijo, ven papi, quiero comprarte una hora de tu tiempo para que por favor me la dediques a mí.


Creo que esta historia bien puede aplicarse a muchos papas que, por estar ocupados en exceso con su trabajo, con sus amigos, en los deportes, poco tiempo dedican a sus hijos, siendo ellos , no solo los que más lo necesitan, sino una de las verdaderas razones de ser de uno mismo.

Followers

Blog Archive