Hay personas que no cumplen ni años, decir que agrupa a
gentes para las que la disciplina de estar a tiempo no está integrada a sus
prácticas, olvidándose ellas que en los compromisos contractuales, por ejemplo,
si una oferta se presenta a destiempo, así sea unos pocos minutos, en muchas
ocasiones se considera como no aceptada, perdiéndose así el trabajo de muchas
horas en su preparación.
Conocí a alguien que era incumplido para llegar a su
trabajo. Era que no arribaba ni tan siquiera diez minutos después de la hora de
entrada. Su jefe, si bien lo apreciaba, no cesaba en insistirle acerca de las
horas para llegar pero a este la recomendación le entraba por una oreja y se le
salía por la otra. Una mañana en la que el individuo llego una vez más tarde el
jefe le increpó diciéndole “ Oiga hombre, es que Ud. nunca llegará a tiempo a
ninguna parte?, el confrontado le respondió con ironía “ Siiii, a su funeral.” Pues hasta ahí llego el asunto, pero con el
positivo desenlace que desde entonces el caballero de marras nunca llego a tardar.
Frente a los incumplimientos y tardanzas resulta oportuno recordar que cada
cual puede hacer con su tiempo lo que parezca pero no debe hacerlo con el de
los demás, implicando ello la importancia de respetar los límites de cada cual,
evitando así vulnerar los derechos de los otros.
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Aquí está mi más reciente Vídeo Coach "Caperucita y el lobo blanco"
https://youtu.be/H9YMhiHppXg
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