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Tuesday, October 25, 2022

Que mala es la improvisación

No puedo intentar arreglar algo si primero no he averiguado que hay de malo en él. Lo anterior nos conduce al punto en que resulta preciso, investigar antes de accionar, precisamente para evitar embarrarla o meter la pata sin necesidad, lo cual genera consecuencias. Hace varios meses recibí una llamada de alguien quien me quería programar una cita con un vendedor para investigar mi seguro de salud. Yo cuento, gracias a Dios, con un seguro patrocinado por el gobierno norteamericano incluido dentro del plan de Medicare cuyos periodos para hacer cambios a él requieren un tiempo de afiliación que va desde octubre hasta principios de diciembre de cada año.
Dejé un rato que hablara a la persona y le hice una pregunta acerca de cuando empezaba el periodo de afiliación. Su respuesta fue dar y dar vueltas sin llegar al punto puesto que en algo tan obvio no le habían enseñado esto, que es tan importante. Me incomode un poco y respetuosamente le dije que si ella quería hablar conmigo era importante primero que preguntara a sus superiores más acerca del tema pues el improvisar daba muy mala impresión de la empresa cuyos servicios pretendía ofrecerme para cambiar mi plan de seguro médico. De ahí que, tanto en las ventas como en muchas actividades de la vida, resulta fundamental prepararse bien antes de empezar a dar respuestas sobre algo acerca de lo que no se sabe y que, por tanto, tal accionar, genera una impresión muy negativa en el cliente, lo que al final arruina el propósito inicial de una conversación que pudo llegar a ser muy fructífera sobre ventas y servicios, y que al final no lo fue.

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