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Saturday, June 01, 2024

Pobre de mí!!!

Que perturbadora para la paz de una persona la cual, antes, durante, o después de haber tenido una experiencia dolorosa y quizás traumática, no solo no la acepte sino que empiece a compadecerse de sí misma, lo cual se conoce psicológicamente como “El pobrecito(a) yo. Que es lógico sentir dolor emocional e incluso físico después de un accidente, un despido, la ruptura de una relación o quizás un revés económico?, no hay duda ninguna. Es normal sentirse así. Lo que no es bueno es seguir auto lamentándose y compadeciéndose de sí mismo, sin dar un paso hacia adelante para poder salir del sentimiento negativo que la situación puede ocasionar.
La auto compasión no lleva a quien siente frustración o dolor, a superar su bajón espiritual. Lo que de verdad ayuda es aceptar las situaciones tal y como son y serenamente, de la mano de Dios, dar un paso al frente para seguir adelante, puesto que, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Por ello creo que la Oración de la Serenidad es como un verdadero escudo para evitar pobretearnos “Dios concédeme la Serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar; Valor para cambiar las cosas que puedo; y Sabiduría para reconocer la diferencia”.

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