El señor en nuestras diversas sesiones compartió que con
los años desarrolló un odio hacia las figuras paterna y de autoridad, tan
grande, que en razón a su actitud de permanente rebeldía, en un buen número de situaciones,
terminaba enfrentado con los demás, saliendo obviamente el en desventaja, pues
un caso como este era muy difícil de ser aceptado. Además, en todas las
situaciones, el aducía y creía con
sincera convicción que su temperamento no era culpa de él , sino del maltrato
recibido de su papá.
No existe duda alguna, excepto en ciertos casos, que un
hombre tiene la capacidad de elegir lo que quiere ser. Y esto porque,
preguntaría el escéptico?, por algo sencillo, por el libre albedrío. O sea que
culpar al pasado y a sus protagonistas por los males o equivocados
comportamientos de hoy, no es ni más ni menos, que vivir en negación, sin
aceptar ni la realidad, ni la necesidad del cambio.
En resumen, es preciso que aceptemos quienes somos, sin
culpar a nadie, ni hacernos las víctimas por lo que nos pase, y por el
contrario, empezando por una honesta admisión, reconocer que necesitamos
mejorar, y que la gran responsabilidad en tal proceso recae fundamentalmente en
nosotros mismos y no en nadie más. Esto es lo que constituye el fundamento de
la honestidad, primero con uno mismo, para lograr serlo también con los demás.
Este es mi Video Coach " No pasar agachados "
https://youtu.be/3q9hRXxY0dc