A favor de la autodisciplina, sin abusos

A no pocas personas les ha pasado que están acostumbradas a trabajar en una oficina en donde las normas de asistencia y permanencia son claras, lo cual no da para evasiones, ya que, a quien así lo hace, tarde o temprano le tocará pagar consecuencias de su desidia. Durante la pandemia del COVID 19 a muchas a personas les correspondió trabajar desde casa sin supervisión presencial. Para su sorpresa, lo que pudo ser una forma de “sacarle la comba al palo “, como se dice en el refranero popular, mejor dicho, el hacerse los de la "oreja mocha ", la cosa no resultó así de sencilla ya que fue el resultado de la ejecución y no el de la permanencia, el que primó en las diversas actividades laborales.

De otra parte, ha sucedido algo bien complicado y esto que es que algunas empresas han impuesto un régimen largo y fatigante de reuniones virtuales en el que las personas, sobre todo las de nivel ejecutivo, les toca participar en muchas conferencias cibernéticas, las cuales incluso algunas empiezan muy temprano en las mañanas y otras a final del dia o comienzos de la noche. En tal caso las jornadas que deberían ser de ocho horas diarias a veces se convierten en diez o más, lo cual en mi concepto es una forma de abuso en el trabajo. La autodisciplina es la capacidad de obligarte a hacer lo que debes hacer, cuando debes hacerlo, te apetezca o no, pero, ojo con esto, sin abusos puesto que, cuando hay excesos injustos de cargas de trabajo, muchos ejecutivos no protestan por temor a ser despedidos y por tanto les toca aguantarse el sablazo. Autodisciplina si, más los abusos, no.