La verdad es al espacio interior lo que
el sol es para el jardín. Esta proporción derivada de las matemáticas y
aplicada a las variadas formas de vida nos lleva a reconocer la importancia de
ser veraces en cualquier momento o situación en la que nos encontremos.
¿Entonces, es malo decir mentiritas
piadosas? Pues sí, ya que ello se puede comparar con la pregunta acerca de que
pesa más si un kilo de algodón o uno de hierro, con la respuesta obvia de que
ambos pesan lo mismo. Asimismo, sería bueno recordar que es tan ladrón aquel
que hurta unos pocos pesos como el que lo hace por millones puesto que, lo que a
la larga importa, no es la cantidad sino la acción errónea y desviada.
La verdad nos hará libres ya que nos
evitara los muchos problemas que, de la ausencia de ella se derivan, y por
tanto resulta fundamental ser honestos como norma de vida y no por excepción.
Cuando no mentimos estamos siendo consecuentes con un modo de pensar y actuar
que inmensos beneficios nos deparan para nuestra propia tranquilidad.