Envejecer es inevitable, crecer es opcional, y el
crecer espiritualmente depende fundamentalmente de cada cual. Estos son tres
temas muy importantes los cuales bien vale la pena analizar, pues implican
mucho por lo que representan los progresos en nuestras vidas.
Envejecer es algo natural pues todos sin
excepción lo experimentamos. Nadie se
escapa entonces de este proceso. Unos lo hacen con progreso interior y otros no,
por lo cual se ven envueltos en eventos que en uno u otro momento les causan
dolor y sufrimiento.
Ese es un viejo con la mente de un niño que no
ha madurado casi nada, dice alguien, y por tanto persiste en cometer errores
esperando siempre resultados diferentes.
Árbol que este torcido jamás nadie lo
endereza, expresaría otro con mentalidad negativa. Sin embargo, si aplicamos en
nuestras vidas efectos del tipo Pigmalión en el terreno espiritual, lograremos
ver aquella luz de vida que con alegría esperábamos.