La quietud perpetua del corazón es enfrentar con calma
cualquier problema. Es tratar de que nunca sintamos demasiada preocupación, enfado,
irritación, o dolor. Es estar en reposo cuando nadie nos elogia, ni cuando nos
culpen o nos sintamos despreciados. Es asimilar con estoicismo los golpes que
da la vida.
Es tener un hogar bendecido al que se pueda entrar, cerrar
la puerta y arrodillarnos ante nuestro Padre que está en secreto, y permanecer
en paz, al igual que lograr sumirnos en las profundidades de un océano de
calma, cuando todos los problemas en torno a la calle sean aparentes o reales.
Estos párrafos me hacen caer en cuenta cuan importante es
para uno el vivir sereno y en paz, pase lo que pase, de forma tal que, sin ignorar la importancia de resolver
diversas situaciones en la vida, los problemas de ellas derivados no alteren
nuestra mente y podamos lograr que ellos simplemente nos resbalen, y luego de
resolverlos, dejarlos ir.
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Ahora les invito a ver este corto video sobre mi nuevo y sexto libro :
Coaching : Una visión clara y entendible
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