Las
situaciones que tememos rara vez resultan tan malas como el miedo mismo que
anticipadamente y sin motivo, en ocasiones aparece. Es la mente de aquel
individuo que no piensa positivo sino por el contrario es derrotista y
negativo. Gran sufrimiento genera ello y un desasosiego continuo. Lo simpático
de todo esto es que cuando el evento esperado se presenta y no sucede nada que
nos afecte, viene entonces el alivio, el cual resulta temporal, ya que sin
tardanza se escogerá otra actividad para proyectarla en forma equivocada.
Que locura
de la mente, tal y como lo diría un reconocido médico, no siquiatra, mas si
conocedor de los temas del pensamiento el que cuando un paciente le decía: ¿mire
doctor, me siento muy mal y no se qué hacer ante este evento que me agobia, que
hago entonces? Córtate la cabeza, decía en forma simbólica, indicando así la
importancia de detener el pensamiento erróneo reemplazando por uno apropiado.
A esa “loca
de la casa “de la que hablaba Teresa de Ávila, hay que educarla y hacerle una re-ingeniería
de pensamiento, de forma tal que cambie nuestra manera de pensar y de ver el
mundo el que, si bien no es tan fácil de abordar que digamos, si tenemos tranquilidad
de mente tendremos más oportunidad de enfrentarlo con éxito, repitiendo la
frase del pariente del marinero antes de este zarpar : “ buen viento, buena
mar, y que te vaya bien “