Dentro de este contexto quiero postular como el mejor
futbolista del mundo a dos jugadores que considero fuera de serie: el uno es el
aficionado quien presencia el partido en el estadio o lo ve por televisión, y
el otro el cronista deportivo quien hace asistencia presencial o también remota.
Los crack antes mencionados tienen una gran cualidad y es
que se las saben todas y una más. Elogian, con euforia, si los jugadores y el
equipo hacen un buen papel, y juzgan, sin misericordia, cuando ello no ocurre.
Su opinión puede ir desde el elogio magnificado hasta la crítica e incluso al
insulto agravados, cuando las cosas no se dan como ellos esperan.
Son jueces y a la vez verdugos que no tienen sonrojo alguno
para declarar invencibles a quienes el triunfo les ha sonreído, y a la vez
condenar a los jugadores y a los equipos que no lo logran. Para estos próceres
y genios del fútbol sería bueno recordarles aquella sabia frase que dice “
dejad de juzgar para que no seáis juzgados.