Usar la razón es algo bastante importante
excepto cuando al ego le da por racionalizar y justificar sus acciones
equivocadas. Un autor definía que el ego es el obstáculo que puede existir para
tener contacto con la divinidad y también un escollo grande para el desarrollo
de una buena vida espiritual.
Y es que el ego en su soberbia siempre cree
tener la razón. Para citar un ejemplo menciono una desavenencia sin ningún
sentido entre dos personas que son bien amigas por algo bastante simple y en la
que la una sin lugar a dudas tiene la razón y la otra, la que no la tiene, se
pone brava y hasta se indigna, aunque en el fondo sabe que lo que ha sucedido,
primero que todo que no es tan grave como para ponerle mucho color, y en
segundo lugar , bajando un poquito la cabeza por las dos partes, será bien
fácil arreglar el problema y mantener esa buena amistad.
Esto pasa también mucho entre parejas de novios
en la que, por una simple discusión, la relación se acaba y después del
rompimiento ninguna de las partes da su brazo a torcer. La terquedad y la
soberbia no son buenos amigos de la felicidad mientras que el dialogo y la
conciliación si lo son y en grado sumo. Por ello , el bajar la cabeza cuando
sea necesario , para salvar la relación será el mejor procedimiento para
recuperarla y mantenerla.