Fingir hasta lograrlo

Hablando de la oración y la fe, alguien me decía que hay que “fingir hasta lograrlas”, lo cual nos quita el desaliento en aquellos casos en los que no tenemos suficiente fe y no vemos el camino para poder orar. Lo bueno del aserto anterior no se refiere para nada a ser hipócritas y fingir lo que no sentimos, pero si hacer como que creemos hasta llegar al estado óptimo de creer. La fe y la oración son como las matemáticas, las cuales, si no las practicamos a diario, jamás las aprenderemos o se nos irán de la mente de manera rápida y fugaz. Por ello intentar e intentar, aunque no sintamos mucho, tarde o temprano surtirá su efecto.

Llegar a creer es un objetivo que nos ayudara a llevar una vida mucho mejor, pase lo que pase y, cuando logremos tal propósito, estaremos preparados para entregar nuestra voluntad y existencia en las manos de Dios, tal y como cada cual lo conciba.