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Friday, December 31, 2021

Meditémoslo serenamente

Heredado de los programas de doce pasos quiero destacar algo que siempre que lo leo, me agrada mucho “Pregúntale a Dios en tu meditación matutina, qué puedes hacer cada día por la persona que todavía está enferma. Las respuestas vendrán, si tu casa está en orden”. Con lo anterior se confirma aquel aserto que dice que, en oración le hacemos nuestras peticiones a Dios, y en la meditación escuchamos su respuesta, procesos los que, al involucrarlos en nuestra vida diaria, facilitan el hacer de ella algo grato y mucho más fácil de llevar.
De otra parte, el pedir para dar y no solo para recibir, tiene el efecto curativo que nos facilita perdonar a aquellos que hemos o que nos han ofendido, bien haya sido esto a través de agravios verbales o de cualquier otra índole, los que en la mayor parte de los casos ni siquiera lo son. El meditar para mi se vuelve algo bien sencillo cuando, concentrándome en mi respiración, logro un propósito muy importante cual es el de calmar mi mente, preparándola de tal manera para enfrentar, con serenidad y buen juicio, las diversas situaciones que con alguna frecuencia se me presentan en la vida.

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