Mi amigo Eulogio Moreno
decía que había gentes que tocaban uno o más fondos dolorosos en sus vidas y
pareciera ser que , en vez de parar de sufrir , siguieran excavando entre sus
baúles interiores y así continuar la triste carrera del sufrimiento y de la zozobra.
Dicen que nadie sufre
por gusto, aunque esto en algunos y no pocos casos no parece ser tan cierto que
se diga. Cito como ejemplo las relaciones afectivas en las que una de las dos
partes se desenamora y la otra sabiéndolo sigue insistiendo hasta cuando no
puede más.
En tales situaciones
parece que se confundieran el masoquismo con el sufrimiento, lo cual sólo lleva
al afectado a parar hasta que se le llene la tasa y al no poder más diga con angustia:
¡¡¡¡no puedo más!!!!, momento en el cual estará dando un paso gigantesco hacia
adelante para salir de su problema siempre y cuando no vuelva con la absurda
costumbre de seguir escarbando.