De mi parte he aprendido que esa paz que muchos buscan no
esta tan lejos, puesto que reside en el interior de cada cual. Es aquella que
nace del perdón realizado y sentido pocas horas o quizás tan solo momentos después
de que alguien nos ofende lo cual, aunque parezca paradójico, a quien mas
beneficia es a aquel que se sacude la ira y el resentimiento y se rehúsa a
vivir con ellos.
Es pues la paz fuera de todo entendimiento de la que
hablaba nuestro gran Señor de Nazareth, que nos insta a estar tranquilos, pase
lo que pase en nuestras relaciones con los demás, y la que nos permite alcanzar
altos y positivos estados de calma, de la
anhelada serenidad, y de la siempre
bienvenida alegría de vivir y convivir.