Para aquellos cuya
esperanza es el mantenimiento y el crecimiento de una experiencia espiritual,
el asunto del resentimiento es infinitamente grave puesto que, cuando se
incurre en él se vuelve a experimentar una emoción y una actitud de furia y
hiel que en nada favorece a quien lo siente, lo cual lo pone a vivir en forma
mediocre.
Resentir, es volver a
sentir lo cual, si fuese relacionado con algo sereno, tranquilo, y grato, sería
muy bueno, pero generalmente cuando hay emociones negativas no sucede así. Esto
me acuerda de aquel capitulo relacionado con un individuo que cada vez que se
encontraba o pensaba en alguien que lo había ofendido en el pasado, volvía a
sentir la misma ira y deseos de venganza que cuando se presentó el incidente
inicial.
Siendo francos, esto de
resentirse se relaciona con cargarse al otro a las espaldas lo que hace que uno
se convierta en prisionero mental de aquel. Por ello es importante pasar la página
que nos relaciona con el evento y, ubicándonos en el momento presente, aprender
a perdonar y a dejar ir, para poder estar uno feliz y en paz.