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Friday, November 15, 2019

El dolor como herramienta hacia el cambio


El dolor es la fuerza de choque para el progreso espiritual, aserto que es bastante lógico, puesto que aquello que no nos cuesta no se aprecia tal y como debe ser. El dolor espiritual es muchas veces más fuerte que el físico, y su curación, al contrario del otro, no tiene solución material, aunque algunos pretendan acallarlo a través de innecesarias pastillas.



¿Duele, si duele, más, si no duele, como podremos apreciar la época en la que este no existía? El cambio no es fácil, pero si probable y posible y este llega cuando estemos enfermos y cansados de estar enfermos y cansados, mejor dichos rendidos ante el sufrimiento.





El ayudar a los demás nos permite salir de nosotros mismos, esto es de ese egocentrismo que tanto nos ha aprisionado y solo cuando suframos las consecuencias de nuestros equivocados procederes y sintamos el dolor que a ellos están vinculados, llegará entonces el momento para lograr creer que estamos dispuestos a cambiar para mejorar.

7 comments:

Sandra Figueroa said...

Amigo Ricardo, que gran reflexión la de hoy. Un gusto leerte y me voy reflexionando. Saludos

AMALIA said...

Así es. Nos dejas una profunda y enorme reflexión.
Para meditar.
Un abrazo.

esteban lob said...

Gran verdad, Ricardo. Sin duda aunque muchos no crean, el alma duele muchas veces, y por supuesto en ese caso los medicamentos son poco exitosos.

Abrazo.

Macondo said...

Muy interesante tu reflexión.
Un abrazo.

Jose Ramon Santana Vazquez said...

vaya ni oracion por delante Ricardo y todo salga bien como esperas , el dolor espiritual es un fuego dificil de calmar pues para el no hay pastillas que lo quiten ya que se ha metido en lo mas profundo del ser humano y es ahy donde el la derrota esta garantizada solo el sosiego es en parte un buen antidoto ,estupenda leccion del dolor nos das Ricardo y la manera de mostrarse ,recibe mis saludos y un fuerte abrazo. jr.

lanochedemedianoche said...

Una reflexión muy bien diagramada, gracias.
Abrazo

CRISTINA said...

Hola Ricardo, surge el dolor cuándo nos resistimos a mirar dentro de nosotros y reconocer esa luz que siempre estuvo dentro. Solo tenemos que mirar con lucidez y claridad.
Un abrazo.

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