Recomendaciones para evitar sorpresas

Tenemos que entrar con cuidado en terrenos que puedan inflar nuestro ego o que puedan exponernos a situaciones de falso prestigio y manipulación difíciles para nosotros. Un verdadero reto implicara el cómo salirnos de ello. Al vivir sólo por hoy, no hay manera de que sepamos lo que nos va a pasar. A menudo nos sorprende la forma en que se resuelven nuestras cosas. De ahí la frase que dice que “Cada día trae su propio afán. Cada vez nos volvemos más receptivos y nos abrimos a nuevas ideas en todos los aspectos de nuestra vida. Si escuchamos atentamente, oímos cosas que nos funcionan.

Escuchar no es solo oír; es abrir el corazón y la mente a lo que el otro expresa, más allá de sus palabras. Es un don que nos permite conectar, comprender y aprender. Sin embargo, este don no es estático: crece a medida que avanzamos en nuestro desarrollo espiritual. Cuando cultivamos la paciencia, la empatía y la humildad, nuestra capacidad de escuchar se profundiza. Dejamos de esperar nuestro turno para hablar y empezamos a prestar verdadera atención. En ese proceso, no solo comprendemos mejor a los demás, sino que también nos comprendemos mejor a nosotros mismos. Uno de los milagros continuos consistirá en lograr tener receptividad, mente abierta, y aprender no exactamente a oír más si a escuchar, puesto que escuchar es un acto de amor y crecimiento. Quien aprende a escuchar, aprende a sanar y a iluminar su camino y el de los demás.