Jesús, en ti confío

En una ocasión estaba esperando el desenlace de una situación de salud la cual me tenía bastante nervioso pues se trataba de una cirugía. Pocos días previos a que el evento quirúrgico ocurriera acudí, como de costumbre, a mi misa dominical. Antes de que ella empezara me encontré con un obispo que no conocía y que había celebrado el servicio anterior y le conté mi situación. Este con gran bondad me dijo: repite con fe “Jesús, en ti confío”, y así lo hice. A partir del momento en el que internalice la creencia “Jesús, en ti confío”, mis temores empezaron a disiparse y obviamente a sentirme más seguro del positivo desenlace de mi cirugía. Que gran aprendizaje de algo que conocía desde niño, pero que quizás no había internalizado ni grabado en mi memoria, equivalente al “Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío”,

La cirugía que, gracias a Dios concluyó bien, solo fue un medio para , no solo entregarle mi voluntad y mi vida al cuidado de “Papa Lindo”, sino para aprender que todo está en manos de Dios y que por tanto a mí solo me queda hacer lo que me toca y dejarle los resultados a Él. Todo esto se puede aplicar en cualquier evento de nuestras vidas al llegar a creer que la confianza en Dios nos permite combinar la calamidad con la serenidad.