Dice un filósofo espiritual que la esperanza conduce a la
fe si nosotros lo permitimos, lo cual es equivalente a tener la puerta interior
de cada cual con una cerradura que se abre de adentro hacia afuera y no al
contrario. Ello implica que la clave consiste en abrir nuestro corazón y la
mente para que el milagro de tener fe se realice, lo cual tendrá sus cimientos
en la esperanza, la cual nos permitirá alcanzar la fe.
Después de la fe debe seguir la acción para que esta sea el
motor de una fe que obra y no de una simple intención ya que, si no existe el
propósito de mover nuestra vida hacia el cambio , simplemente estaremos en
apariencia moviéndonos , más en la realidad continuando inertes.
El intentarlo como mínimo sería el primer componente, el
que junto con la esperanza, nos dará los fundamentos para llegar a esa fe que
muchos queremos y que al final nos traerá como mínimo la mejor de las recompensas,
cual es la de la paz interior.
