Al comienzo y al final de cada día

La mente es demasiado compleja y con cierta frecuencia nos genera pensamientos equivocados en los que creemos que, algo que estamos haciendo o planeamos hacer, es correcto, cuando en verdad no lo es tanto. De ahí la importancia de revisarnos diariamente y pedirle a Dios al comienzo del dia que guie nuestros pasos. Al final de la tarde revisamos cómo transcurrió nuestro día y tambien para antes, al despertar, y previos a empezar la nueva jornada, le pedimos a Dios que oriente nuestros pensamientos, solicitándole con humildad que estén libres de auto conmiseración y de motivos falsos y egoístas.

El ser honestos implica mirarnos sin prejuicios ni preconceptos y si por algún motivo no tenemos las cosas claras acerca de nuestro accionar lo más conveniente será pedir orientación a alguien que nos guíe, empezando por Dios. Dios no se equivoca más los seres humanos si, y bastante. Ante tal perspectiva el creernos perfectos pensando que siempre tenemos la razón y que nunca nos equivocamos, no es más que estar negando la realidad. Si somos honestos con nosotros mismos sin duda alguna nos llevará hacia el sano camino de la verdad y de la integridad.