Un muy destructivo ácido

Aun recuerdo mis clases de Química cuando estudiaba ingeniería Industrial en la Universidad Tecnológica de Pereira en las que un gran profesor y excelente ser humano, el Dr. Roberto Valencia Patino , nos enseñaba acerca de un ácido muy potente conocido como el sulfúrico e identificado con la inolvidable expresión H2SO4. Desde entonces identifique a este potente ácido como algo que había que manejarse en los laboratorios con sumo cuidado. Ya alejado de los estudios de la química, materia muy interesante, descubrí que en la vida de los seres humanos había otro ácido muchísimo más potente, el cual curiosamente no estaba en partículas o substancias sino en la mente de las personas. Tal elemento super destructivo es el temible resentimiento.

Una persona de gran sabiduría decía que los resentimientos eran ácidos muy malos con el agravante de que a través de ellos y en forma repetitiva , mentalmente intentábamos pasar el veneno del odio al recuerdo de cualquier incidente con alguien, pero que en la practica quien se lo estaba tomando era uno mismo. ¿Y hay solución para quitarnos de encima los resentimientos? Claro que sí, y es practica y positiva. Es cambiar los pensamientos que están rodeados de odio y venganza, por los basados en la comprensión y el amor, pasando las páginas del ayer que nos están atormentando y viviendo con serenidad el día de hoy.