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Sunday, May 06, 2018

Si seguimos enojados , nosotros somos el problema


¿Pero cómo así? ¿Entonces no tenemos derecho a enojarnos? Bueno, pues sí, pero sin permanecer en ello. Veámoslo un poco mejor. Los seres humanos tenemos la tendencia a tomar las cosas en forma personal y, si alguien nos dice algo que no nos gusta , refiriéndose a una acción nuestra, no vemos la situación como algo externo y trivial, sino que nos ofendemos, sin detenernos a pensar que quizás ello no sea tan grave como lo percibimos.
 


De otra parte, cuando días después, el enojo persiste, con o sin razón, habremos pasado del sentimiento al resentimiento, lo cual produce efectos nada positivos para nuestra paz interior. Al resentirnos y no perdonar ni olvidar, cometemos el grave error de, no solo andar con nuestra propia carga de insatisfacciones y dificultades, sino también ponernos al lomo la carga del enojo por 
otro.




¿Y la solución?, Soltar, mejor dicho, dejar ir tanto el pensamiento que el enojo nos ocasiona, como también el mal interior de este resentimiento. Es dejar ir y permitir que la situación la maneje un Poder Superior a nosotros mismos, para mi Dios, quien al final es quien conoce muy bien cómo llevar la batuta del entorno musical de nuestras vidas.

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10 comments:

Jose Ramon Santana Vazquez said...

querido Ricardo es una reflexion que nos das como la propia vida del dia da dia , donde surgen agravios y problemas que convertidos en hechos y no en buenas palabras nos llenan de resentimeinto que a su vez se acumula en del bagaje de la frustacion por no haber reacionado a tiempo a la situacion que se nos venia encima y ello lleva a dar vueltas y vueltas como una noria donde `tiene dificil solucion al hundirse en rumbos equivocadas ,como CHURCHIL decia transformemos cada derrota en victoria animica personal solo como comentas soltando el lastre y si bien es un alivio no siempre lo hacemos ,recibe un fuerte abrazo y mis saludos.

esteban lob said...

Gran verdad, Ricardo. Además que los enojos solamente perjudican a quién los ejerce.

Abrazo austral.

Macondo said...

Muchas veces somos como esos niños que siguen llorando por molestar, porque no recuerdan el motivo por el que lo estaban haciendo.
Un abrazo, Ricardo.

Kasioles said...

Estoy totalmente de acuerdo, esta entrada tuya tendría que leerla toda la blogosfera, seguro que ayudaría muchísimo a ser mejores y cambiar nuestro comportamiento.
Por lo que deduzco de tu comentario ¿Te vas a ir a Madrid? Casualmente hoy, una de mis hijas que trabaja en Madrid, va a asistir a una charla de coaching, esta tarde las siete, cuando me lo comentó me he acordado de ti.
A mí me separan 200 km de Madrid, poco puedo ayudarte para comer cochinillo asado en esa zona en la que habré estado solo un par de veces, sé que en Segovia es donde se come el mejor cochinillo, en casa Cándido, lo asan tan bien y dejan una piel tan crujiente, que lo parten con el filo de un plato.
De todas formas, intentaré comunicarme con mi hija y preguntaré por si sabe de algún sitio y puedo ayudarte.
Cariños.
Kasioles

CHARO said...

Pues que tienes toda la razón aunque hay situaciones que se nos van de la mano y es muy pero que muy dificil soltar esa sensación de malestar que seguimos sintiendo por dentro a pesar de los pesares.Saludos cordiales

Rafa Hernández said...

Mal vicio tenemos el ser humano con quejarnos y enojarnos; a veces no hay más remedio que hacerlo, pero lo mejor es contar hasta cincuenta y pasar del tema; primero porque criamos mala sangre, y segundo porque poco se soluciona con seguir de morros y enfadado.

Abrazo Ricardo.

Marina Filgueira said...

Muy bueno en texto, bueno a nadie le gusta, o yo considero de mal gusto el decirle a nadie algo que sea desagradable, tampoco a mí me gusta que me lo digan. Aunque a veces una crítica, nos ayuda mejorar en ciertas cosas, todo depende del comentario que se haga y la forma en como lo digas.

Si alguien me dice algo con intención de hacer daño, que eso se nota al instante, corto y me voy le digo adiós!!!! Y no me enfado, salgo con una sonrisa, porque eso es lo que precisamente pretendía el otro, amargarme la vida. Y amargado se marcha se interlocutor.

Un abrazo y mi inmensa gratitud.
Se muy, muy feliz.

Rayén said...

Así parece; lo mejor es aceptar la situación y dejar ir lo que nos molesta. Dar vuelta la página y dejar espacio a nuevas vivencias, a nuevas personas.
Felicidades por los libros publicados, amigo.
Abrazos.

Rud said...

Domingo 13 mayo 2018

Mi muy apreciado Ricardo
Quien se enfada por cualquier cosa tiene doble trabajo: impacientarse y volver a la normalidad; pero veo que para muchos, lo segundo se vuelve toda una tarea pues algunos hasta desean que les pidan perdón por supuestos agravios. Vivamos en paz, que la vida es un suspiro.
Deseo que pases días hermosos, llenos de alegría.

Manuel said...

Es una de tus últimas reflexiones que más me ha gustado, además es muy practico y sano el soltar lastre, de vez en cuando, y dejarse guiar por Él.
Un fuerte abrazo, Ricardo.

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