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Wednesday, January 24, 2024

Emociones defensivas

En el momento en que reflexionamos sobre una relación torcida o rota con otra persona, nuestras emociones automáticamente se ponen a la defensiva. Ello sucede por algo bastante común y esto es que, para escapar de mirar los errores que tenemos por el daño hecho a otro, nos enfocamos con resentimiento en el mal que se nos ha hecho, y no en los errores cometidos por nuestra parte.
Esto resulta especialmente cierto si de hecho sabemos que también nos hemos comportado mal. Triunfalmente juzgamos la mala conducta de la otra persona como la excusa perfecta para minimizar u olvidar nuestra propia acción equivocada, pensando que, lavándonos las manos, el asunto quedará resuelto al menos desde nuestra orilla. Es entonces cuando tenemos que reflexionar y, en vez de resentir, sin duda ninguna mejor resulta ver cuál ha sido la parte negativa de nuestras acciones o pensamientos con respecto a la falta de los demás, recordándonos no ver tanto la paja en el ojo ajeno sino la viga en el propio.

9 comments:

AMALIA said...

Muy buena reflexión. Y muy acertada.
Un fuerte abrazo.

Rosana Martí said...

Es verdad que a veces tendemos a cuestionar el comportamiento de las personas sin detenernos a reflexionar sobre las razones detrás de sus acciones. Al no darles la oportunidad de mostrarse tal como son, nos limitamos a quedarnos con la primera impresión, cometiendo así el error de perder una valiosa amistad o incluso el amor.

Te envío un afectuoso abrazo.

Carlos Augusto Pereyra Martínez said...

Debemos educarnos para reconocernos con nuestros yerros. La escuela debe contribur en esto. Un abrazo. Carlos

Alí Reyes said...

Una norma de oro entre personas, pero también entre naciones e instituciones. No está de m´[as que los miembros de Hamás, y todos los países que se rasgan las vestiduras por la guerra desatada por ellos mismos, se vieran en ese espejo.

J.P. Alexander said...

no debemos juzgar ni prejuzgar pero a veces es más fácil que ver nuestros defectos. Te mando un beso.

Macondo said...

El que citas es uno de los más certeros refranes de nuestro sabio refranero. Su contenido puede asemejarse a esa frase del Lazarillo de Tormes que dice: «Cuántos debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a sí mismos».
Un abrazo, Ricardo.

São said...

Querido Ricardo, mais uma vez uma excelente análise a que nos dás.

Pegando no meu caso pessoal, sei que para o casamento falhar houve erros de ambas as partes, sem dúvida, mas a traição foi da criatura com quem estava casada e isso é imperdoável , o que me levou a pedir o divórcio.

Querido Ricardo, forte abraço e estupenda semana :)

Jose Ramon Santana Vazquez said...

la ilustración con la que abres tan estupenda reflexión nos dice

a las claras Ricardo que mientras un dedo acusa otros tres lo hacen

para ti mismo y es que como bien dices el mal la conciencia toma capta

su mensaje y este es como una avecilla que revolotea sin parar ,lástima

que muy pocos le hacen caso y pisan sin reflexionar ...os deseo ambos una

feliz semana de oropendolas centrifugando amistad, armonia y mucha Paz , un


fuerte abrazo de vuestro amigo .jr.

Ingrid Zetterberg said...

Es verdad querido Ricardo, así suele suceder. Pero si hemos fallado o hecho algún mal la conciencia nos va a acusar y lo más saludable es pedir disculpas. Te agradezco mucho por tu visita a mis blogs. Un abrazo.

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