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Friday, February 25, 2022

Tremendo resentimiento

Estando un alacrán a la orilla de un rio bastante crecido necesitaba cruzar al lado opuesto, pero no podía pues las aguas estaban agitadas y le daba miedo hacerlo montado encima de una hoja. Pensando ante su impotencia ve de pronto a un elefante que esta tomando agua y cautelosa como cortésmente, y porque no decir con bastante lambonería, le dice: Ay, muy distinguido señor elefantico, necesito por favor, sabiendo que Ud. puede cruzar, me lleve a la otra orilla pues tengo algo importante que hacer y no puedo hacerlo. El elefante que bien conoce al alacrán, derivado de su temperamento tan agresivo le dice: No, señor, sabiendo de su carácter no lo pasaría por nada del mundo pues se que al llegar al otro lado Ud. me clavaria el aguijón. ¿Como se le ocurre?, le prometo que por ningún motivo lo haría. Al llegar al otro lado y antes de bajarse el alacrán entierra su ponzoña en el lomo del elefante quien, sintiendo el dolor de la picadura, le dice: ¿¿¿No ve??? ¿Pese a su promesa al final Ud. me clavo el aguijón, como es posible que sea Ud. así, tan ingrato? No, señor elefante, la verdad es que yo no quería, pero para ser sincero no hay quien aguante estas iras y resentimientos tan desbocados con los que vivo.
Esta historia de lo que sucedió entre el alacrán y el elefante nos hace pensar que somos prisioneros de nuestras propias iras, resentimientos, y comportamientos agresivos, lo cual solo se empieza a mejorar cuando entendemos que el perdón abre la puerta para salir de allí y liberarnos de estos defectos de carácter que tanto hacen sufrir, no solo a nosotros, sino que también a los demás que con, nuestros procederes equívocos, mucho se afectan.

18 comments:

Susana Moreno said...

Las personas iracundas a menudo no saben controlarse. Un beso

AMALIA said...

Una sabia y estupenda reflexión.
Ya lo creo.
Un abrazo.

Recomenzar said...

Hoy todo el mundo esta en descontrol
Forma parted de la vida.Yo los ignoro y sigo mi camino abrazos

Jose Ramon Santana Vazquez said...

...tengan sal en ustedes mimos y vivan en paz unos con otros ...S.Marcos... , eso es lo que le pasó al alacrán que no puede vivir sin demostrar su instinto depredador... y le apodera después de cruzar a lomos del incrédulo elefante el rio que separaba las dos orillas ...,miedo es lo que existe y desconfianza como la ya comenzada guerra zarista ...nos dejas Ricardo está semana un gran relato de convivencia en armonía... ,lejos de las iras , rencores y la ambición personales ...recibe Ricardo un fuerte y cálido abrazo de amistad querido amigo . jr.

J.P. Alexander said...

Buena reflexion si vivimos llenos de odio y resentimientos. Seras prisioneros de nuestro rencor y no nos permitira avanzar. Te mando un beso.

Sandra Figueroa said...

Y hay quienes no entienden nunca y viven siempre así.... Gran reflexión amigo. Saludos hasta donde estas.

CRISTINA said...

Ricardo, hay persona que están dominadas por su ego, y pierden el control con mucha facilidad.
Feliz día, un abrazo.

São said...

Meu querido Ricardo, lamentavelmente as pessoas agressivas , de modo geral, não conseguem controlar-se. Por vezes , até pedem desculpas, mas não se emendam...

Para ti e quem amas, meu estimado amigo, sereno fim de semana :)

Fuerte abrazo.

Macondo said...

Es deplorable hacer daño al prójimo, pero lo es infinitamente más si lo hacemos aprovechando un favor que nos ha hecho. Diríamos la frase "no tiene perdón de Dios", aunque Dios todo lo perdone.
Un abrazo.

CHARO said...

Un buen ejemplo el que nos has dado con este relato del elefante y el alacrán.Sólo de nosotros depende que actuemos de una forma u otra. Saludos

Kasioles said...

El mundo sería una balsa de aceite si todos entendieran y llevasen a la práctica el mensaje que hoy transmites.
Cariños y buen domingo.
kasioles

Fatyma Silva said...

Querido amigo Ricardo, que grande reflexão.
No mundo em que vivemos existe mais escorpiões 🦂 do elefantes. É uma lástima mas assim é nossa humanidade.

Tenha uma feliz nova semana.

Um abraço.

Ingrid Zetterberg said...

Es verdad querido amigo Ricardo. Hay mucha gente que se parece al alacrán, que no saben perdonar y son resentidos casi todo el tiempo, y yo no sé cómo pueden vivir así con tanta amargura. En realidad se envenenan ellos mismos, y no dejan ser feliz a nadie. Gracias por traernos este tema que nos hace reflexionar. Un abrazo.

Manuel said...

Una entrada para enmarcarla, por esa preciosa fábula y su correspondiente moraleja, a las que nos tienes acostumbrados, y que nos enseñan siempre, a mejorar como personas. Gracias.
Un fuerte abrazo, amigo Ricardo.

stella said...

Todo un honor ha sido leer este parábola que realmente nos enseña como somos y lo dificil que es cambiar nuestros rencores, iras o incluso miedos
Ojalá nos sirviera de algo tantas enseñanzas que tenemos ante nuestros ojos, pero..que dificiles somos
Me ha gustado enormemente leerte Ricardo
Un abrazo
Carmen

Luis Héctor Peña Vargas said...

Invita a la refglexión... Es una verdad Verdadera...

Luis Héctor Peña Vargas said...

Una verdad verdadera...

Rainbow Evening said...

so true...
wonderful reflection...

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