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Friday, September 20, 2019

Seamos honestos, pues….


En días pasados hablaba con unos amigos acerca de la corrupción la cual existe y ataca sin piedad por todas partes, sin excluir ni países ni nada relacionado. Es un mal galopante que cada vez se agrava más, infiltrándose cual piojo en todos los recónditos de poder y de dinero.



Lo triste de la corrupción es que no siempre se ataca de igual manera en los diferentes lugares a donde ella sienta su mano.  La diferencia está en las leyes y como se aplican, lo cual tiene que ver con la justicia, su seguimiento, y el castigo a los transgresores.







Otro punto que es bien importante en el combate a la corrupción es la educación acerca de la ética y la honestidad, la cual empieza desde el comedor de la familia, el colegio, los ambientes, de donde se sacan las bases fundamentales para un buen obrar.



Elegir la honestidad permite un nuevo crecimiento todos los días. Si el mundo desea cambiar debe necesariamente afianzar los valores de los individuos y de la sociedad que los rodea. Por lo anterior, si queremos algo mejor para nuestros hijos, ello arrancará por practicar en nosotros el recto proceder y de allí transmitir el buen ejemplo no solamente a ellos sino también a quienes nos rodean.

10 comments:

lanochedemedianoche said...

Desde el hogar debe comenzar a transmitir valores, que el niño pueda ver y saber, luego será la escuela también, que se ocupará de la otra parte del crecimiento, gracias.
Abrazo

Sandra Figueroa said...

La corrupción amigo Ricardo esta por todas partes y no se acabara.... Saludos desde Monterrey. Siempre es bello pasar a leerte Ricardo.

Susana said...

El ejemplo es fundamental. Un beso

Manuela Fernández said...

Totalmente de acuerdo, pero el problema es que hay familias y familias. Hay familias que no saben lo que son los valores, la honestidad, eso es así, y dime tú a mi los niños lo que ven en sus casas. En esos casos es imprescindible la labor del profesor en las escuelas.
SAludos.

AMALIA said...

Ya lo creo que tienes razón.
Una pena...
Un abrazo.

Jose Ramon Santana Vazquez said...

en los tiempos que corren y en los psados tambien Ricardo pienso que la honestidad es uno de loa pilares a tener en cuenta por el ser humano ya que de ello dependera la buena marcha o no de nuestras formas de convivir y ello es un aliciente del cual no podemos dejar pasar escelente reflexion la que nos dejas en este entrado otoño mi querido amigo ,recibe mis saludos y un fuerte abrazo . jr.

Macondo said...

La sociedad se ha corrompido. Antes se ponía ls honestidad por encima de todo, sin embargo en la actualidad parece que el que no roba pudiendo hacerlo es tonto.
Un abrazo.

Marina Filgueira said...

¡Qué voy a decirte que ya no sepas, amigo Ricardo! Vivimos en un mundo podrido de egoísmo de ambición de personas que nada le llega ni, aunque tengan sueldos millonarios.
Un pobre si roba una gallina porque sus hijos tienen hambre, lo mandan a la cárcel un buen tiempo, pero, los corruptos ladrones de guante blanco, esos apenas pisan la cárcel. ¡Y no es que disfrute yo con ver a nadie encerrado, no! Pero si, me gustaría que le hicieran devolver todo lo robado.

Es un interesante texto, felicidades. ¡Me gusta la foto!…
Te dejo un abrazo y mi gratitud.
Feliz fin de semana

Manuel said...

Totalmente de acuerdo contigo, sobre todo en la importancia que tiene la educación familiar.
¿El porqué no se erradica?, es evidente que el que tiene que hacer cumplir la ley, seguro que tiene también las manos manchadas, como estaba sucediendo en nuestro país, que la corrupción en un determinado partido político, en el poder, no eran cosa de unos pocos, sino toda una trama.
Gracias. Un tema que da para escribir un libro.
Un fuerte abrazo, amigo Ricardo.

RosaMaría said...

Es así, siempre la palabra justa en tus escritos. Ejemplo, en todos los ámbitos. Abrazo

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