Addio a Pinocchio

Ciao, Pinocho. O como se dice en el argot popular “Te veo, Mardoqueo”. Esto lo expreso, pues creo que el mundo ya esta mas que saturado de tanta mentira y falsedad. La gente miente y calumnia, sin ningún tropiezo, lo cual se refleja hasta en publicaciones en las redes sociales, en las que la mentira pulula por doquier. Se necesita fuerza y coraje para admitir y decir la verdad, pero el hacerlo es totalmente preferible, puesto que la mendacidad, esto es el habito o la costumbre de decir mentiras, lo único que crea son pésimos entendidos, desordenes de todo tipo, perdidas y el hacer daño por todos los rincones.

Primero cae un mentiroso que un cojo, como se expresa en el conocido refrán, lo cual nos lleva a la inevitable y diáfana conclusión de que no hay nada comparable como saber y oír la verdad, ya que esta trae pulcritud y limpieza de espíritu, y distribuye paz por todos los rincones. Hoy quisiera conocer un mundo más auténtico, quizás mas parecido al de la época de nuestros abuelos y padres, no porque crea que en ese tiempo no se dijeran mentiras, sino porque no se hacia de manera tan descarada y atrevida como la de hoy. Andar y vivir envuelto en la verdad nos recuerda el inolvidable dicho de nuestro gran Señor “Conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres”