No podemos dirigir el viento, aunque si estamos en
capacidad de enderezar las velas de nuestra embarcación, lo cual nos permitirá
llegar como lo habíamos pensado al puerto final adonde hemos planeado viajar.
Este dicho marino se aplica no sólo en el navegar por mares, lagos, o ríos,
sino también en el caso de diferentes circunstancias por las que pasemos en diferentes
momentos de nuestras vidas.
Nuestra existencia es como una embarcación la que conduciremos
de acuerdo con los propósitos que tengamos en la vida. Ello quiere decir que
podremos orientar nuestras rutas por las aguas del derrotismo, la ira, la
tristeza, amén de la negatividad, pero también tenemos la opción hacerlo por
direcciones de victoria, calma, alegría, y positividad, con resultados
totalmente distintos.
De lo anterior se desprende que estamos en la capacidad de
cabalgar con monturas firmes y cómodas, en vez de hacerlo con rudas y
desadaptadas, dentro de marcos de acción que se basen, no sólo en nuestro libre
albedrío, sino también en la buena voluntad para pedir guías y ayudas cuando
las necesitemos y al mismo tiempo nos decidamos a aplicarlas.
15 comments:
Sí, es cierto aunque a veces resulta complicado y hace falta una buena dosis de buena voluntad, determinación, fe y confianza en uno mismo, para poder llegar a puerto seguro.
Un abrazo.
Ambar
Tu mensaje, Ricardo, es un gran aliciente para aquellos que en la desesperanza, necesitan el impulso vital para enderezar rumbos.Comparto con Ambar las características que ella menciona para "llegar a puerto seguro".
Abrazo austral.
Aunque no soy ni buen "marinero" ni tampoco experto pero trato de llevar el barco al puerto planeado aunque con demasiadas dificultades que tengo que ir sortenado, unas veces cuesta mucho y otras es más fácil......bueno es algo que les ocurre a muchas personas. Saludos cordiales
Un testo muy bueno a cosiderar.
¡Y yo digo que Dios nos proteja de crueles tormentas y temporales!... Porque entonces no servirá de mucho la voluntad.
Hay náufragos que salen a flote luchando contra viento y marea, pero también hay otros que luchan igualmente y se van al fondo.
El destino es el que marca el camino y, aunque hay quien dice que éste se puede cambiar… Pero yo digo que se pueden cambiar hábitos inadecuados, formas de vestir e inclusive formas de pensar, cambiar de religión... Entre otras muchas cosas.
Pero nacemos con una estrella que siempre alumbrará más a unos que a otros.
Ha sido un placer pasar por esta tu casa y debatir un poco sobre la cuestión.
Un beso y mi gratitud.
Se muy -muy feliz.
Es preciso saber conduzir nuestro "barco", representando a vida, de forma ajustada y adaptada às circunstancias.
Abrazo, Ricardo!
Sea uno creyente o no; siempre hay que tener fe en algo, o en alguien; porque en momentos duros, todos necesitamos ayuda y que nos den un empujón para salir del bache.
Abrazo Ricardo.
Hay personas que afrontan muy bien las adversidades de la vida, tienen una fuerza interior enorme que las mueve a salir no solo airosas de ellas, sino también a recuperarse y sentirse más fortalecidas.
Cariños.
kasioles
Podemos poner rumbo a buen puerto, pero no podemos evitar las tormentas... hay que saberlas sortear.
Un abrazo.
Las fuerzas naturales no se pueden dirigir, pero hay que esforzarse en sortearlas en nuestro camino. Abrazos
Querido Ricardo, penso ser muito importante o pensamento positivo, mas algumas vezes as coisas nos escapam das mãos por circunstâncias várias...
Estimado amigo mio, forte abraço de estima
Siempre sera bello leerte...paso a dejar mis saludos Cuidate
Estoy muy pesimista con el mundo, Ricardo... En fin, un abrazo enorme
Gracias, mil gracias, es verdad no podemos dirigir el viento, pero si podemos hacer que Dios el dueño de todo o pueda llevar. «Dios es como el viento que pasa: se siente por todas partes y no se ve en lugar alguno, Un fuerte abrazo, unidos en oración.
Poder decidir es una gran opción porque depende de nosotros orientarnos en positivo o en negativo, puestos a elegir mejor hacerlo en aquello que nos haga bien a nosotros.
Un abrazo
Tus reflexiones llevan a la prudencia y la precaución, dos reglas que nunca deben olvidarse antes de tomar decisiones.
Saludos.
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