Las calamidades a veces cuando llegan nos agarran de
improviso y por tanto sorprenden, molestan y duelen aún más. He sido testigo de
varias tormentas del tipo huracán que han pasado por el lugar adonde vivo y
déjenme decir que no son para nada agradables.
Precisamente en, la para mi mas fuerte que haya
experimentado en mi vida, me lleve una sorpresa bien impactante puesto que nunca
había pasado algo como esto y apenas hasta un día antes se me explicó acerca de
lo que ello pudiese ocasionar. La razón era simple. Venia yo de residir en las
montanas en mi ciudad natal adonde esto no ocurría y me encontraba, al momento
del incidente climático, ubicado muy cerca del mar.
¿¿¿Hubo daños??? Muchísimos, pero todo, gracias a Nuestro Señor,
paso, sin mayores consecuencias para mí, excepto algunas no muy grandes de tipo
material. Al recordar este suceso traigo ahora a colación mi creencia en que la
mejor manera para sobrepasar tales momentos es estar cerca de Dios, al que, si
le creemos y tenemos fe, nos ayudará a sobrevivirá esta clase de calamidades
con serenidad.
8 comments:
Hola amigo, me alegra que estés aquí, y puedas contarlo, que todo ya paso y que con tu fe puesta en Dios sigas adelante hoy y siempre. Deseo que por muchos años mas me brindes esa amistad tan bella....Me alegra saberte bien.....Saludos y fuerte abrazo cercano.
¡Hola Ricardo!
Tienes razón, la fe la serenidad son dos virtudes importantes en todos los sentidos nos ayuda a meditar y a medir nuestros pasos. Pero también es bueno no acercarse al peligro, ayuda.
Creo que Dios dice, cuídate y yo te cuidaré.
Lo desastres naturales pueden ser fatales, el caso es que la mano del hombre tiene mucho que ver en ello.
Bien, amigo, pues aquí queda mi opinión. siempre es un placer leerte y te dejo mi gratitud y mi gran estima.
Un beso y se muy, muy feliz.
Ricardo tienes toda la razón, solo la fe en Dios nos puede ayudar en horas de tinieblas, los sucesos naturales de la Naturaleza son imprevisibles, la tierra tiene vida y no la estamos cuidando como tal, cada vez se hacen más atropellos con ella y tiene que estallar por algún lado,
Me alegra que tú estés bien, la serenidad y la fe, son dos muletas que nos ayudan en momentos oscuros. como decía Teresa de Jesús..." Quién a Dios tiene nada la falta, solo Dios basta.
Un abrazo con cariño
brillante reflexion nos traes las calamidades al ser inesperadas son por lo tanto una prueba de la personalidad y de la serena respuesta del ser humano a ellas ya que com siempre depende de muchos factores poco previstos es su totalidad,recibe mis saludos y un fuerte abrazo Ricardo. jr.
Cierto Ricardo!! cuando tenemos a Dios cerca, su paz sobrenatural es parte de nuestra vida y no hay tormenta, ni calamidad que no podamos enfrentar. Un abrazo
La fe mueve montañas... Bonitas reflexiones. Abrazos
Yo soy creyente pero sé que tengo que pasar calamidades así como alegrías, estoy en la vida por y para algo. Lo único (y no es poco) es que cuando se tiene fe se tiene esperanza de salir adelante de todo lo que ocurra, y si no se sale se tiene resignación de pasar a mejor vida.
Totalmente de acuerdo contigo, porque, si tienes fe el Él, y crees en ti mismo, es más fácil salir ileso de estos trances. Ya lo dice esta expresión, de que la "Fe mueve montañas".
Mi querido amigo, un fuerte abrazo.
Post a Comment