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Saturday, December 23, 2017

Que maluco es el beriberi

El beriberi es una enfermedad ocasionada por la ausencia de la vitamina B1 lo cual afecta entre otros el sistema nervioso. Por eso de muy niño recuerdo que, en nuestro colegio, cuando alguien se veía muy hiperactivo, los compañeros en forma de burla decían: este tiene beriberi, mofa que generaba vergüenza y violencia al afectado.


Hay otro beriberi que yo catalogaría como bien maluco es el de nuestros propios pensamientos con el cual no dejamos de hablarnos mentalmente de manera repetitiva acerca de algo que nos este afectando, llámese una “tusa amorosa “, un miedo, un rencor, y porque no decir en general, variados pensamientos negativos.






Y esto como podría solucionarse. Bueno, diría nuestro profe Kokoriko. Es aparentemente fácil, pero requiere de acción de nuestra parte. Somos amigos a ratos de no parar, ni de pensar ni de hablar, porque no nos gusta estar solos con nosotros mismos. Por ello el hacer silencio interior acalla ese chorrero de voces, lo cual nos traerá la calma o como mínimo el quitarnos de encima esa “tatareadera” mental.


Lo anterior concurre con una linda reflexión que dice “ Hacer silencio dentro de uno es darle a Dios la oportunidad de sentarse a nuestro lado” lo cual me confirma el aserto de mi amiga Anke quien con frecuencia dice que cuando experimentamos desasosiego, intranquilidad y demás, es porque no estamos enchufados con nuestro Poder Superior, de forma similar a la que , cuando si se quiere oír un radio que solo tenga conexión eléctrica, esto solo será posible si el mismo está conectado a la pared a través de un cable conductor.

Monday, December 18, 2017

¿Violación consentida?

En estos días, escuchando noticias en la radio, me quede estupefacto con un anuncio que allí se re transmitía en el que una señora o señorita, bastante feminista y con marcado acento español, hacia un juzgamiento bien severo y en cierta forma discriminatorio a los hombres por tener relaciones sexuales a través de la prostitución. Aclaro que no defiendo esta clase de relación, pero tampoco creo que se le deba adjudicar al hombre la totalidad de la responsabilidad de tal acto, llamándolo como una violación consentida. Recuerdo que cuando visite las ruinas de Pompeya en Italia, uno de los sitios que allí se destacaba era un prostíbulo que entonces existió en el cual, no solo se atendía a los hombres, sino también a las damas. 
 


Lo interesante del caso es que la mujer que grabó la cuña se refería de forma absolutamente vulgar a las variedades de actos sexuales que allí ocurrían entre el hombre y la mujer, mencionando términos realmente merecedores de asco por su innecesaria crudeza. Y lo más significativo es que decía que el hombre, al pagar por un acto así, estaba sometiendo a la mujer a una especie de esclavitud. En pocas palabras ella borró con el codo lo que estaba haciendo con su mano. Estoy convencido además que, si este mensaje no contuviera tantas groserías, a lo mejor alcanzaría una mejor audiencia y aceptación que la que tal exabrupto generó.





No creo que los actos sexuales , contratando a una prostituta, deban ser motivo de elogio y aprobación, pero en verdad es que cuando ellos se pactan, si es que las leyes de un país lo permiten, establecen una especie de contrato en el que las partes, por una determinada suma de dinero, se comprometen en conjunto a realizar. ¿Y quién es el más culpable?; buena pregunta. Ello me lleva a recordar aquel famoso verso del romancero español que dice “Y para los efectos quien peca más: el que peca por la paga, o el que paga por la peca “

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