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Thursday, February 05, 2015

El dolor de un viaje imprevisto

En varias ocasiones he recibido la triste noticia de que alguien se ha quitado la vida y por tanto ya no podré gozar de su compañía. Mucha gente ataca a quien se marcha de tal manera y aduce que era un cobarde, o un egoísta, e incluso un sinvergüenza. Qué fácil es hablar de tal manera sin imaginar tan siquiera en forma mínima lo que, quien partió hacia el más allá, estuviese experimentando.



Yo veo las cosas de una forma diferente y pienso que quien así procede lo hace sin el acompañamiento de una mente sana, lo cual me lleva hoy a creer en una especie de demencia, dentro de un proceso en el cual su sufrimiento era tal que, con una errónea manera de pensar, aquel concluyese que la muerte era su única opción.



A una persona que parte en tales circunstancias no es justo juzgarla e incluso predicar sobre las causas de su acción, o que por haber hecho tal acto no entrará al reino de los Cielos. Esto no me parece correcto ya que Dios vino precisamente a dar un evangelio de Amor a través de su hijo Jesús, y por tanto creo firmemente que esas personas que tan de abrupta manera se van, pronto estarán ubicados, como muchos más, al lado de Nuestro Padre Celestial.



15 comments:

Franziska said...

No te conviertas nunca en juez y no serás juzgado. Hay situaciones que se escapan a nuestro razonamiento pero, de entrada, no sabemos a que desesperación ha podido llegar otro ser humano para quitarse la vida. Solo hay que recordar que sostener nuestra vida es el instinto más fuerte que poseemos y que nos acompañará durante nuestra vida. Estoy totalmente de acuerdo, dices la verdad.

Solo me resta decirte que te acompaño en ese dolor. Un abrazo desde España. Franziska

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche said...

Por lo general juzgamos a priori sin conocer las verdaderas causas que provocan tales actos.

Cordial saludo.

Mucha said...

No juzgo el suicidio.
Ya que muchas veces ante una enfermedad terrible y dolorosa no sabria opinar
mil besos

Kasioles said...

Cuando un ser humano llega a ese extremo, es que anteriormente ha pasado por un suplicio. Su mente ofuscada no le ha dejado ver la realidad, no encontraba la puerta para salir de la situación en que se encontraba y, en un mal momento, se creyó que el quitarse la vida era la única forma de liberarse de su sufrir.
Te deseo una estupenda semana.
Kasioles

Marina Filgueira said...

Estoy totalmente de acuerdo con tu triste relato de hoy. ¡Caramba, siento en el alma que alguien tome esa tremenda decisión! ¡Si la vida es tan hermosa aún con muchas contrariedades! ¿Que pasaría por su cabeza? Solo Dios lo sabe. ¡Seguramente se llevó a la tumba su secreto! O no... Nadie es quien para judgar a nadie.

Está este mundo tan desordenado, que no es el primero y, ojalá fuera el último, pero no lo tengo yo tan claro.
Dios lo acogerá a su lado y ya descansa en su paz. Mal lo pasará su familia por tan dolorosa situación.
Un abrazo y lo siento de corazón.
Hasta pronto si dios quiere.

Marcos said...

Es un acto de cobardía para el que hay que tener mucho valor. En ese mismo instante hay que estar enajenado.
Me decía un amigo forense algo que me sorprendió, dice que cuando un suicida se tira de un monte, un edificio o un puente, si lleva gafas, siempre se las quita y las pliega antes de saltar.

amparo puig said...

Aplaudo tu comentario. No podemos juzgar a nadie ni saber cuan grande era el sufrimiento que padecía una persona para querer quitarse la vida. La misericordia de Dios es infinita y su amor también.

Mercedes Cardona said...

MERCE CARDONA Dice, estoy de acuerdo con tus letras, no se puede juzgar,
agradezco tu paso por mi casa.
Besosssssssssss

CHARO said...

Has tocado un tema del que estoy todavía muy sensible pues unos días antes de navidad un primo carnal mio de 52 años se tiró desde un sexto piso y se mató......estoy convencida de que mi primo lo estaba pasando muy mal para hacer esto ( hacía 6 meses que su madre había muerto y acababa de divorciarse)pienso que no pudo superar esto y encontró la peor de las soluciónes en el suicidio. La familia lo pasamos muy mal pues nadie esperábamos esto.Saludos cordiales

Sor.Cecilia Codina Masachs said...

No me cabe la menor dura que estarán al lado de Dios y no somos nadie para juzgar. Pero si la gente supiera la batalla que tienen que pasar esas personas para decidir poner fin a su vida, pensarían de otra manera.
Gracias Ricardo.
Un abrazo
Sor.Cecilia

MAR said...

Pienso igual que tú, y no los juzgo, quién no lo ha pensado alguna vez?
quién es uno para juzgar, cuando la vida se vuelve tinieblas y deja solo ver el desamparo y la tristeza, yo sólo pido que las personas que lo hayan hecho ahora su alma descanse en paz, esa paz que en la tierra no pudieron encontrar.
Mi abrazo para ti, muy buen post para reflexionar, mientras unos se aferran a la vida cuando sufren alguna enfermedad, otros teniendo salud se quieren marchar.
INCOGNITAS
mar

Rud said...

Mi muy estimado Ricardo
¡Cuánta razón tienes! Es fácil criticar o juzgar a otros seres humanos, sin tratar de comprenderlos o ponernos en sus zapatos y tratar de ser más misericordiosos.
Nadie puede hablar del destino final de un pobre ser que haya optado por eliminarse; en verdad no es nada cristiana esa actitud de rechazo.
Siempre es un gusto leerte y conocer tus acertadas reflexiones. Muchas gracias.
Deseo que pases un maravilloso fin de semana. Un gran abrazo de paz

São said...

Meu queridissimo Ricardo, os meus agradecimentos e parabéns por seres tão humano e tão compassivo !

Apertado e fraterno abraço .

Gizela said...

Estoy de acuerdo contigo
Siempre he pensado que es un momento de extrema demencia en que las personas dejan de ser ellas y se convierten solo en dolor y pesar...

Besosssss querido amigo!

Mariaelena said...

Tengo la misma sensación de tu mirada respecto al que ´jamás podemos juzgar a quien se suicide.
Nunca sabremos que pasó por su mente tomar tan fatal determinación; y si hay más valor o cobardía en la acción...vaya quizás en un mañana en una inusitada situación, verse acorralado a esa opción, que no la desearía, pero juzgar no es fácil mi querido Ricardo, tienes toda la razón, un abrazo, nos pones a pensar, gracias.

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